lunes, 24 de octubre de 2011
Carta a una madre.
Es tan complejo para mi, vivir lo que vivo, convivir con un amor tan inmenso y una incomprensión tan infinita. El ‘yo’ soy prioridad es algo que me incomoda demasiado, puesto que siento que primero que todo está el ‘yo’, y luego el ‘tu’, no significa que quisiera que toda la atención se centrara en mi, por el contrario, simplemente que el centro del universo no fuese tu misma, olvidándote que también tengo necesidades, necesidades que no son físicas, sino espirituales, de estar conmigo misma tranquila, sin tener a un papagayo hablándome de banalidades que en lo absoluto atrapan mi atención. No es, el no conversar, sino que encontrar la manera de compartir, siento que esto no es mi responsabilidad, y que sueles culparme de algo que tu misma no supiste manejar. A los 23 años, ya puedo señalar tus errores, sin embargo, hay algo en ti, que te impide asumir tus propios errores, y en cambio juzgas o tiras palabras al cielo pidiendo a otra ‘hija’. ¿Entenderás realmente lo mucho que duele eso?, ¿entenderás algún día, que el ser que tuviste no es una extensión de tu forma de vida?.
Yo personalmente creo que jamás lo entenderás, porque tu universo están pequeño, que no existe nada mas que tus preocupaciones gigantescas, donde nunca cupieron las mias, porque las mias eran siempre menos importantes.
Me enseñaste a que los problemas propios siempre eran más importantes que los demás. Y me enseñaste a no valorar a los demás, de esa manera. Pero cuando cosechas lo que sembraste, quiere algo diferente. Esto es tan contradictorio en mi lógica. No puedes pedir al olmo que de peras, como tampoco puedes pedirle honestidad, al hijo que criaste como ladrón. Pero tu mente inconclusa, no entiende que cada acto tiene una consecuencia. Lamentablemente no todas fueron las que esperabas, porque quizás no tuve la enseñanza que yo esperaba.
Y de esta manera me enseñaste a no valorarme, a no quererme, si una madre te dice que no seas asi, o que otra persona, hija o ente, haría otra cosa. Lo único que estas diciendo, es que no eres una buena persona y que los demás son mejores. Pero volvemos a comenzar, tu mente inconclusa e inmadura, obvia o no comprende las consecuencias de sus actos. Y menos aun mide las consecuencias adquiridas. Traspasadas a una niña, que no puede hablar, porque los demás siempre son mejores que ella misma. Es asi como lucho, dia tras dia, contra mis propios fantasmas, pero no haces otra cosa que agrandarlos, y agudizarlos, haciendo y cayendo o tropezando mil y una vez con la misma piedra.
¿a caso alguien así merece mi respeto?, el respeto desde mi punto de vista se gana, se obtiene y mantiene. Sin embargo, no hay respeto devuelta que se pueda obtener o ganar, sino tu estúpida manía de enseñar que el respeto es algo que se queda en un papel, o una frase bonita que suele llevárselas el viento desde tus labios a la nada.
El respeto, son muchas cosas, no solo el decir ‘usted’. Lamentablemente de todas esas cosas, la única que aprendiste fue a decir ‘usted’. El buen trato, el cariño, el querer tal cual eres, el decir las palabras sin gritar o discutir llegando a un consenso mutuo. Nunca estuvieron en tus diccionarios, pero eso no es mi responsabilidad, no es mi culpa, yo no escogí vivir, al contrario tu no elegiste ser mejor.
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