Estimados
Hoy 11 de septiembre 2009 alrededor de las 8:30 pm, fui a comprar al supermercado Santa Isabel, Localizado entre Villanelo y avenida Valparaíso. Cuando me acerque a un pack de galletas triton, un pack que costaba alrededor de 947 pesos y que eran 4 unidades por el precio de 3. Me encontré con un desagradable olor, este provenía de las galletas, el olor era similar al pipi de gato. Situación inaceptable, luego de este suceso me dirigí al supervisor, sin embargo éste no hizo nada más que retirar las galletas tritón (las del pack) y esconder las que yo le había mostrado. Sin embargo ¿quién puede asegurar que otras galletas no hayan pasado por lo mismo?
Señores consumidores me dirijo a ustedes, porque nuestra salud se encuentra en Jaque, hoy encontré unas galletas olor a pipi de gato, y mañana ¿qué puede ser?, ¿quién nos asegura que no existen gatos que se pasean por las carnes en las bodegas, y luego son puestas a nuestra disposición? Como también los fiambres y los quesos. Déjenme poner en duda esto. (De ninguna manera digo que todos los productos se encuentren con olores de desechos de animales, pero lo que hoy viví me da mucho para pensar y sobre todo me da la posibilidad para dudar.)
Aunque algunos no vean la gravedad de este asunto, yo si la veo. En este Local (Santa Isabel, Villanelo con avenida Valparaíso), hay personal que no está haciendo su trabajo como debe hacerlo realmente, hay supervisores que no están detrás de sus empleados, controlando que su trabajo se haga como debe hacerse. Hay bodegas que al parecer no están siendo tratadas como deberían. Y es mi deber como consumidora frecuente denunciar estas prácticas. Ya que no puede ni deben ser puestas a disposición del cliente galletas con olor a pipi de gato. Velo por mi salud y por la salud de todos, estos errores pueden significar la muerte por infección de alguna persona. Definitivamente mi formación profesional me impide callar frente a faltas de profesionalismo. Y menos aun, no quiero contribuir con la ineficiencia o la muerte de alguna persona.
Me despido con la ilusión, que esta carta de reclamo llegue donde sea escuchada y que se me dé una explicación, sería muy propicio saber que paso con aquel re-ponedor que a sabiendas de que las galletas no se encontraban bien, las coloco a disposición del consumidor sin escrúpulo alguno.
(por resguardo a mi salud, no compre las galletas mencionadas)
Atentamente
Katty
viernes, 11 de septiembre de 2009
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